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Casa Tosquella. El Putxet, Barcelona.

Actualizado: 17 ago 2023





El pasado mes de octubre, tuve la oportunidad de guiar las primeras visitas a la Casa Tosquella, dentro del marco del festival de arquitectura 48 Open House. Por primera vez, se abrió en exclusiva para los visitantes. Y es que hablar de casa Tosquella, es hacerlo de misterio.

Una casa convertida en icono por las muchas vicisitudes que ha atravesado a lo largo de su historia. Siendo uno de los grandes enigmas del movimiento modernista de la ciudad. Su historia contiene las más curiosas anécdotas; desde haber sido objeto del deseo de los especuladores urbanísticos allá por la década de los 70, a haber sido lugar de resistencia de una anciana rodeada de okupas, a la rocambolesca idea de ponerse a la venta en Wallapop, a la intrigante historia haber sido lugar de un asesinato. Herencias, desheredaciones, luchas familiares y vecinales, todo ha sumado para dotarla de esta pátina de lugar fantasmagórico e inaccesible.


Después de largos años de lucha vecinal para encontrar una solución, no rebeló sus secretos hasta que fue adquirida el año pasado por el Ayuntamiento de Barcelona y se pudo acceder a su interior. Y no fue hasta entonces, como si se tratara de un tesoro desenterrado, cuando fue desencriptando sus tesoros.

Durante el fin de semana del festival que estuvo al público, recibió más de 2.598 visitantes llegando a tener más de 3 horas de cola de espera, lo cual no deja de remarcar las ganas y curiosidad que generaban esta casa cerrada en la ciudadanía. Revelándose arquitectónicamente en un estado espectral y fantasmal pero llena de tesoros.


Imágenes del exterior y jardín.



Para entender más esta auténtica desconocida, debemos remontarnos a su historia. Construida originalmente por el maestro de obras Joan Caballé i Fábregas en 1875, fue registrada en el registro de Gracia. En aquel momento aún no se había segregado esa zona de la ciudad, de Gracia a Sant Gervasi. Era una casa de dos volúmenes, una casa mayor (la futura casa Tosquella) y otra menor. En 1900 ya fue registrada en Sant Gervasi de Cassoles, que como su nombre indica “cases Soles” (casas solas) recibía el nombre debido a la dispersión de pequeñas casas esparcidas en este territorio. El Sr. Casimir Trau las compra a partir de una hipoteca, pero no las puede pagar, perdiendo la propiedad y saliendo a subasta pública. Es aquí cuando aparece el señor Tosquella, un indiano que había hecho fortuna el América y había vuelto enriquecido. La idea es comprarla para hacerse una casa de veraneo ya que el habita en el barrio de Les Corts. En junio de 1906 la compra en subasta por 28.600 pesetas, una 1/5 parte de su valor inicial. Lo que actualmente llamaríamos un “pelotazo urbanístico”.

Contrata a Eduard Balcells Buigas, un joven arquitecto recién licenciado y con apenas obras construidas, solamente la Casa Calado en Sant Cugat que fue demolida en 1925. Al no tener apenas experiencia, lo puede contratar a un precio casi irrisorio.


Planos originales de la desaparecida casa Calado, Sant Cugat del Vallés.


Fotos de la desaparecida Casa Calado, sant Cigat del Vallés.



Se sacan los permisos para una obra menor de reforma de esta primera casa diseñada por Joan Caballé, pero acaba siendo una obra mayor con una remodelación estética absoluta, cambiando las fachadas y toda la decoración interior.

La casa es terminada en 1910. Durante este tiempo la familia la usa como lugar de veraneo.


Fotos históricas con el Sr Tosquella y sus familiares.



En 1931 se aprueba el Nuevo Plan Urbanístico para construir una vía de circulación que circunvalaría toda la ciudad, la actual Ronda General Mitre que se llevó a cabo en 1971. Este plan pretendía demoler la casa donde por aquel momento ya vivían Concepción Tosquella Julia (hija del señor Tosquella) y la Maria Dolors Castells Tosquella (nieta) que tenía un contrato de alquiler expendido por su madre. A la muerte de la madre, la nieta María Dolors es repudiada por la otra parte de la familia que sí que quiere vender la finca y especular con el precio del suelo, en ese momento la edificabilidad es de 12 pisos de altura en ese solar. El contrato de alquiler impide que estos puedan vender con libertad al haber un inquilino. Después de una lucha feroz contra todos los buitres especuladores urbanísticos la Sra. María Dolors consigue que la casa sea declarada Patrimonio Histórico de la ciudad. Esta declaración ahuyenta para siempre los buitres, al perder todo uso especulativo del terreno. La Ronda, eso sí, se lleva gran parte del jardín de la finca, dejando los terrenos en apenas la casa rodeada por una valla a las cuatro fachadas.

La Sra. Maria Dolors es desheredada a la muerte de sus padres, pasando la propiedad a manos de sus hermanos, los intentos de derribo se pararon, pero empezó un larguísimo periodo de abandonamiento durante el cual, la casa Tosquella se fue deteriorando inexorablemente.

Durante los años 80 se publican varias noticias en prensa, con la imagen inaudita de una anciana viviendo sola en una espléndida casa medio en ruinas. Compartiendo espacio con sintecho que le ocupan el jardín con trastos y basuras. Esto provoca continuas quejas de los vecinos por el grave problema de salubridad y seguridad en el barrio, y son continúanos los problemas de caída de runas a la calle, provocando una gran alarma entre los vecinos.



Una familia de okupas, que se dedican a la recogida de basura, se instalan a vivir en un anexo, aumentando las tensiones. En 2021 después de 20 años de problemas entre los herederos, la finca pasa a ser propiedad de la sobrina de María Dolors, al heredarla de su tía. Pero esta tampoco puede hacerse cargo del presupuesto que implica arreglar y acondicionar la finca. En medio de todo esto, hay un homicidio entre los okupas que habitaban ilegalmente la vivienda, hecho que permite a la policía poder entrar y desalojar la finca. Finalmente, en 2021 el Ayuntamiento de Barcelona compra la Casa Tosquella, que está desocupada desde 2018, después de la fuerte presión por parte de las entidades del barrio. La compra se realiza por 1.150.000 euros. El futuro de la casa es todavía incierto, pero el Ayuntamiento quiere rehabilitarla para hacer un equipamiento dedicado a la gente mayor del barrio.



La casa Tosquella (1910)


Plano original de Eduard María Balcells.


El estilo arquitectónico empleado por Eduard María Balcells podríamos englobarlo dentro del modernismo, pero deberíamos hablar de un modernismo ecléctico. Son evidentes los trazos arabizantes y asiáticos. La fachada contiene estocados y esgrafiados con motivos floro-vegetales y relieves zoomórficos. Las reminiscencias al arte oriental son continuas, los vacíos arquitectónicos se cierran con arcos de herradura, al igual que el juego de arcadas, cerradas por un conjunto de vidrieras que dan al jardín y las rejas del muro perimetral de cerramiento. El estilo neoarabizantes es muy evidente en la decoración, mientras que las técnicas constructivas y los materiales son un compendio de la tradición constructiva catalana (como la bóveda de tocho plano o “Volta catalana”, la cerámica vidriada, las vidrieras o la forja)


La casa se articulaba a través de un gran jardín frondoso, con un gran estanque lleno de peces. Y es precisamente esta idea de transición entre el jardín y la casa lo que nos encontramos en el porche de entrada a la casa. Un espacio que relaciona el exterior, lo público, el jardín y su estanque con lo privado, del resto de las estancias del interior de la casa, creando una idea de sumergirnos dentro del estanque, a través de los suelos y los techos, todo en un continuo movimiento. El techo del porche, con esta idea de sumergirnos en el estanque, está decorado con renacuajos y ranas donde se muestra todo el proceso de metamorfosis de este animal, ejemplarizando de la transformación continua, un elemento fundamental dentro del modernismo. Todo entre flores acuáticas como el lotus y el nenúfar. Hay una lámpara de forja con forma de gallo para dar la bienvenida dentro de la casa.


Imágenes del porche de la casa.



También encontramos en el porche las paredes esgrafiadas y las vidrieras de las puertas de madera de melis, un árbol del género de la pinacea de color rojizo, muy denso y con pocos nudos muy apreciado en la antigüedad.


Detalles del porche.


En el interior lo primero que nos llama la atención son los suelos, de mosaicos Nolla. Parecen pavimento hidráulico, pero a diferencia de este, son pequeñas piezas diseñadas ex proceso para cada estancia que se unen pieza a pieza en pequeños mosaicos cuadrados o rectangulares cocidos a alta temperatura. El valor económico del pavimento Nolla es infinitamente superior al hidráulico. La idea vino importada desde Inglaterra por Miquel Nolla en 1860.


Detalles del pavimento Nolla en el interior de la casa



Las habitaciones, dentro de todo lo malo que han acontecido en ellas, no presentan un estado tan ruinoso y revelan elementos asombrosos y singulares. En los techos podemos encontrarnos rosetones centrales y metopas en las esquinas. De entre todas las salas, podemos destacar la sala de estar, recubierta de papel pintado, un estilo que encontramos adscrito a la escuela "Arts and crafts" de William Morris. Pinturas de animales exóticos se mezclan con otros animales más propios. Son signos de inicio de conversación, como por ejemplo el toro, que haría referencia a la cultura taurina, o la Vaca que alude al famoso poema publicado en aquella época de Joan Maragall “La vaca Cega”. O la libélula, único símbolo utilizado por los samuráis, referencia a la lealtad y el honor, en esta revisión “japonista” tan de moda en aquella época. Destaca también en el centro una lámpara Bibelot de madera, que cumple las dos funciones, la decorativa y la utilitaria.

En el comedor principal podemos destacar las telas pintadas provenientes de la tienda Victoria, que existía en la calle Canuda perteneciente a Josep Girona. Desde el comedor se aprecian perfectamente los grandes ventanales vidriados con forma de cola de pavo real. De estilo catedral, diseñados por el propio arquitecto y su hermano y fabricados en el taller Simil Vitraux de la calle Còdols 29 que pertenecía a ambos. Los vidriados matizan la luz que se recibe en el comedor, creando diferentes atmósferas dependiendo de la luz filtrada y del momento del día.


Detalles del interior.



La Casa Tosquella es sin duda una nueva joya añadir al largo catálogo de patrimonio de la ciudad, pero si algo la hace sobresalir del resto, es sin duda alguna esta aura que la rodea, esa belleza imperfecta que le otorga la pátina de la dejadez, pero que la hace resaltar a nuestros ojos. Esa belleza silenciada que se nos revela de manera rotunda.





Momentos de las vistas


Detalles de forja y cerámica.


Colas de visitantes durante el festival 48H Open House 2022.


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